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lunes, 18 de mayo de 2015

MONTEPILAS 2014. Montepilas. Córdoba. España.

José Miguel Márquez lleva elaborando vinos naturales desde que se inició el siglo XXI. Su proyecto se llama Marenas. Ya conocíamos alguno de sus vinos (Vides bravas 2006 y Cerro Encinas 2008), y con ocasión del I Salón de los vinos naturales de Madrid pudimos probar otro, que por escaso, se nos antoja muy exclusivo (como ocurre con muchos vinos naturales). Un blanco de la variedad montillana montepilas (la bodega está en Montilla, Córdoba).
De color bronce ( o una mezcla de caoba con verde oliva); en nariz es de esos vinos que sorprenden: recuerdos de brandy, de vino generoso, de azúcar tostado, al principio. Después vamos advirtiendo notas frutales (fruta blanca, níspero) y florales-campestres.
En boca es muy rico. Con un puntito inicial que sugiere dulzor, y a lo que contribuye su untuosidad, una sensación glicérica, que nos lleva a pensar en un grado elevado de alcohol. Pues no, pese a estar en Montilla, tenemos un blanco de 12 grados que se acompaña de buena acidez y amargor final. Y es que la uva es especial, como veremos a continuación. El retrogusto es intenso y persistente, con recuerdos de frutos secos.
Le hemos pedido información a José Miguel para satisfacer nuestra curiosidad. Nos escribe comentando que esta uva se plantaba habitualmente porque era "de salvación", y es que tiene una maduración lentísima (es la primera en brotar en Marenas, y la última que él vendimia, ya casi en octubre) que le permite aguantar los rigores estivales en aquella zona.
De hecho se usaba para dar acidez a los vinos, y era un seguro de vida cuando otras variedades sobremaduraban en un tórrido verano.  La piel es gruesa, la uva, gorda. Una uva con carácter, vamos, y eso es lo que José Miguel consigue transmitir, desde su trabajo en el campo, hasta la expresión en botella.
Para saber el precio, pregunta en la propia bodega.
¡Salud!  

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