Buscando en el baúl de los recuerdos resulta que nos hemos topado con esta botella del 2014. Lance feliz que nos ha permitido recordar que hace varios años ya lo habíamos probado (y nos gustó). Y resulta también que hace varios años conocimos a su autor: José Luis Mateo.
Nos vamos a Orense, a Verín, a la D.O Monterrei, a reencontrarnos con este tinto que ofrece notas de fruta rojinegra, frutos del bosque, acompañadas de notas de eso mismo, de bosque (vegetales, terrosas -por no decir minerales-).
En boca estamos ante un tinto gallego; de Monterrei (el sur de Orense, en verano, es tórrido), pero gallego al fin y al cabo. Un tinto con matices atlánticos, ligero, fresco. La acidez y una ligera tanicidad (raspón de por medio) le hacen muy bebible, de disfrute inmediato.
Nos dijeron cuando probamos este vino por primera vez que fue el fruto de una añada terrible, con la meteorología conspirando contra el viñedo de José Luis. Así que este recogió las uvas que se salvaron, en una mezcla que al final resultó feliz, para dar vida a este Candea. Pues bien, puede ser un vino con menores pretensiones, pero resulta muy agradable y muestra la calidad que atesora su autor. Un vino sin crianza que seis años después funciona de maravilla.
¡Salud!
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