Hemos catado algunos de los vinos elaborados por Milan Nestarec gracias a la oportunidad que nos ha brindado su distribuidor en Madrid.
Milan, asentado en Moravia (una de las regiones históricas que conforman la República Checa), cerca de Austria, lleva unos años desarrollando un proyecto que busca la calidad a través de un trabajo artesanal y respetuoso en la tierra (agricultura biodinámica sobre suelos en los que destaca el loess -depósitos de limo, muy profundos en la gran llanura centroeuropea, surgidos a raíz de las glaciaciones cuaternarias), y en la bodega (levaduras indígenas, nada de filtrados ni clarificados, uso de toneles usados grandes; no se añaden sulfitos). El resultado lo podemos encontrar en estos vinos.
Empezamos por lo que serían los vinos de entrada, los de concepción más sencilla.
BEL 2018
Se trata de un coupage blanco: müller thurgau, grüner veltliner, welschriesling. En nariz, encontramos con limpieza aromas frutales y florales. En boca, equilibro entre acidez y untuosidad. Como carta de presentación de Milan Nestarec no está nada mal. Si así de buena es la gama "básica", la cosa promete. Es el único vino con SO2 añadido (30 ppm) en total. Se embotella en botellas de litro.
NACH 2018
Cambiamos a tinto.Limpieza de aromas. Las notas de sotobosque, de hojarasca, nos llevan a la pinot noir, que combina con la blaufrankisch y la zweigelt. En boca está estupendo, fresco. Al tiempo, el vino tiende a concentrarse en el centro de la lengua.
Subimos un escalón.
FORKS AND KNIVES 2018 BLANCO
En nariz es puro perfume, con matices golosos. Normal si tenemos en cuenta las variedades del coupage: riesling, sauvignon blanc, gewürztraminer, palava y neuburger. En boca...pues combinemos todos esos aromas que nos llevan al trópico, con una gran frescura. De esos vinos que te bebes sin darte cuenta.
FORKS AND KNIVES 2018 TINTO
Este vino ya está en Vinoencasa; lo probamos hace unos tres meses. Surge de la mezcla entre las cabernets -franc y sauvignon-, pinot noir, y blaufränkisch. Aquí nos vamos a terrenos más tánicos. Hay fruta: grosella, y notas vegetales (que recuerdan, por ejemplo, al raspón).
En boca también advertimos esas características. Es más tánico (sin estridencias), pero la fruta manda. Curioso.
La uva grüner veltliner muestra un perfil interesante, quizá porque en su crianza ha habido algo de velo de flor (What the flower!). Y en boca, redondo; el vino va hacia el centro de la lengua y se queda ahí, para que lo paladeemos.
TRBLMKR 2017
Aquí la uva protagonista es la neuburguer. Muestra un contraste entre los aromas intensos y dulces, con unos toques vegetales fruto de la maceración (1 mes) del mosto con las pieles, y la acidez que destaca en boca. De nuevo, excelente.
PODFUCK 2017
Otro blanco, en este caso de pinot gris, elaborado con una maceración corta para transmitir delicadeza aromática. En nariz, aparecen aromas como de fruta roja fresca con toques vegetales y especiados, recordando al vermú. En boca encontramos un cuerpo ligero, con la acidez suave jugando sus cartas.
GIN TONIC 2017
Vamos con un sauvignon blanc. En nariz, muestra su característico perfil aromático, y en boca es impresionante. La acidez es elegantísima, directa, afilada, vibrante. Un vino que te hace levantar la cabeza de la copa para advertir que no estamos en Francia, sino bastante más al este. Deja una impresión mayúscula.
UMAMI 2017
Otro vino blanco que muestra lo que parece ser marca de la casa; la transmisión limpia de unos aromas que, en este caso, por tratarse de variedades de intensidad aromática elevada, nos aportan una experiencia muy agradable: gewürztraminer, riesling, palava y müller thurgau. En boca, poco que añadir. En la línea de calidad de los anteriores.
El balance nos parece sobresaliente. Vinos directos, sin artificios, sin rarezas. Expresiones muy puras de unas uvas en un suelo y un clima particulares. Estos vinos invitan a viajar y a conocer. ¡Enhorabuena, Milan Nestarec!
¡Salud!
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