El día 30 de diciembre por la tarde terminábamos nuestro corto periplo navideño por Burdeos visitando esta bodega que pertenece a la denominación Canon-Fronsac. Nos recibió Jean de Cournuaud, hijo del actual propietario de la bodega, Patrick de Cournuaud. Jean constituye la octava generación de la familia que lleva en posesión de estas tierras desde que en 1769 la fundara Jean-Baptiste de Cournuaud. Es difícil no entrar con respeto y admiración en estas bodegas anteriores a la Revolución Francesa y un siglo más antiguas que las más antiguas, por ejemplo, de La Rioja.
Jean de Cournouaud |
Jean, de una juventud envidiable y con un perfecto español, nos contó que ha estudiado enología en Burdeos y Montpellier y que actualmente se dedica a asesorar en la elaboración de vinos a varias bodegas, entre ellas a la de su padre. Nos había preparado una degustación de sus vinos, pero antes nos invitó a que paseáramos un poco por los viñedos aledaños al Château para que pudiera explicarnos in situ sus principales características.
Allí, bajo una fina lluvia y azotados por un gélido viento, nos contó que la propiedad consta de unas 17 has, todas alrededor del Château, en las que la variedad mayoritaria - en torno a un 90% - es la merlot, con un porcentaje menor de cabernet franc. Las parcelas se sitúan en relieves distintos. Hay una llanura extensa, que conforma más de la mitad del viñedo, con suelos calcáreos poco profundos. Esta llanura está limitada por dos laderas con una suave inclinación en donde los suelos son arcillo-calcáreos, más profundos, y la roca madre es más quebradiza por lo que las raíces se introducen por sus grietas y pueden penetrar en busca de agua y minerales. Pudimos ver cómo crecían abundantes hierbas entre las cepas en espaldera: es un modo de limitar la producción. En estos terrenos con abundantes nutrientes es bueno dejar crecer todo tipo de plantas que compitan con la viña y le resten vigor. Esto no lo permiten en las nuevas plantaciones, pues entonces lo que prima es que la cepa se desarrolle rápidamente sin ninguna otra planta que se lo impida.
Durante la degustación, Jean nos habló de la dificultad añadida que tienen los vinos de la denominación Canon-Fronsac con respecto a otras AOC bordelesas, como Pomerol, Medoc o Saint Emilion, más prestigiosas y más conocidas por el cosumidor en general.
Nos habríamos quedado aún más tiempo charlando con Jean de Cournuaud, pero nos esperaba un viaje de regreso a España para dormir en Guetaria, en el hotel Azkue de nuestro amigo Xabier.
¡Salud!
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