En la copa aparece vestido con una capa baja y un ribete anaranjado, tirando a teja. Parece un vino mucho más viejo de lo que es. En nariz hay notas de frutas pasas (ciruela, pasas, higos secos) y frutas negras (arándanos). Estos aromas están acompañados por los olores que ha desarrollado la crianza, como el regaliz, los balsámicos (after eight), el cuero y el cacao (bombón de licor). A esto hay que añadir que, con el paso del tiempo, asoman también notas de sotobosque, hojarasca y anisados.
En boca es seco, con taninos marcados, pero sin asomo de astringencia. Son esos taninos que se agarran a las encías y que permanecen ahí para hacer muy largo este vino. Todo aparece muy integrado. Muy buena acidez, algo de amargor final, ligera salinidad... Es un vino que ahora se bebe muy fácil y que da mucho placer. Ha merecido la pena esperar casi un año.
A nosotros nos lo regaló Giuseppe, pero en internet hemos visto que su precio es algo superior a los 40€.
¡Salud!
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