Tercer vino de la bodega Viñátigo que probamos, tras el Gual y el Tintilla.
Ahora toca este blanco de color pajizo con fondo verdoso, en el que se aprecian algunas burbujitas procedentes del carbónico.
En nariz resulta intenso y complejo. Detectamos notas de frutas tropicales (como de chirimoya madura y piña), minerales y también otras que se situan entre lo herbáceo y el fruto seco (más de lo primero).
En boca muestra muchas virtudes. Tiene cuerpo, densidad y unaestupenda acidez que compensa lo anterior. Muy aromático (por vía retronasal) y muy persistente.
Un excelente vino blanco procedente de un microcosmos que hay que descubrir, las Islas Canarias (esta denominación pertenece a Tenerife), y de una bodega, que hace las cosas muy bien.
Nos costó 14,40 € en Lavinia. Merece la pena pagarlos; es un vino distinto y asegura buenas dosis de placer.
¡Salud!
Muy buen blanco del norte de tenerife.Me alegra leerlo en su blog.
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