Este vino tinto, de la Indicación Geográfica Protegida Côtes Catalanes (en el Languedoc-Rosellón, la parte mediterránea francesa) muestra su juventud en un ribete violáceo que enmarca su color picota.
En nariz, la fruta roja de la garnacha está bien presente; también advertimos notas de recuerdo animal (que asociamos a la cariñena, cuando la hemos catado directamente desde el depósito de una bodega), aunque con tiempo y aireación desaparecen. Hay un fondo mineral persistente.
En boca muestra buena acidez, frescor, combinada con un punto mediterráneo en el tacto glicérico del alcohol, y una ligera tanicidad procedente de la propia fruta.
Un vino sencillo y honesto, que deja un recuerdo bastante prolongado, frutal y fresco.
Nos costó 11,20 € en La Tintorería, Madrid.
¡Salud!
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