En nariz también llama la atención.
Nos reciben notas licorosas, con recuerdos a brandy y, sobre todo, a pacharán. Hay también notas herbáceas. Pasado el tiempo hemos encontrado aromas a hojarasca, y finalmente llegan notas de fruta madura. Nos hemos acordado de algún vino que se elabora con parte de la uva pasificada.
Este conjunto inusual se confirma en boca. Insistimos en lo dicho: se trata de otra cosa. Es cálido, porque tiene un 13,5% de alcohol y deja sensación de cuerpo, de
volumen en boca. No obstante hay buena acidez y un interesante amargor que queda en el final de la lengua.
Desde luego, no es un rosado para los que busquen una cosa afrutada, dulzona y fresquita. Aquí no está la floralidad ni la fruta roja en sazón habituales en este género.
Nos ha recordado a otra "rareza" que probamos hace pocos meses, el "Viña Tondonia 2000". Y es que tiene ese aire de vino con poca extracción, que ha pasado sus añitos en depósito y/o botella; el aire de los viejos reservas.
Su precio en bodega es inferior a 5 €.
¡Salud!
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