Ya nos habían hablado de Roberto Voerzio como uno de los grandes hombres del vino italiano. Hemos entrado en contacto con sus vinos a través de este Barbera, difícil de conseguir, que nos ofreció Gian Carlo, el propietario del restaurante Kipling, en Turín.
De color cereza oscuro y sin muestras de evolución a pesar de tener ya ocho años, en nariz nos fue ofreciendo diferentes aromas según se fue abriendo en la copa. Al principio nos dio fruta muy madura (ciruela pasa), recuerdos minerales (betún), notas cárnicas, especias (pimienta, clavo, canela) y flores secas. Con el tiempo se hizo más frutal (fruta negra, arándanos).
En boca presenta una entrada dulce y su paso es sabroso, con una mágnífica acidez y taninos muy suaves (se trata de un vino sin crianza en madera). Las notas especiadas y minerales que detectamos en el olfato también aparecen por vía retronasal. Resulta larguísimo, gracias, sobre todo, a su acidez.
Este Vigneti Cerreto nos ha parecido un vino grande, con un precio excelente (30€) para haberlo probado en un restaurante. Todo esto fue posible gracias a Gian Carlo, otro apasionado de los vinos. Su carta de vinos consta de dos gruesos tomos, uno para tintos y otro para espumosos y blancos, con muy buenas referencias.
¡Salud!
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