Iniciamos el año 2013 on the road again, viajando de nuevo a tierras de vino. Esta vez toca aprender del cava catalán. Según han ido pasando los años, cada vez nos gustan más los espumosos, y el cava que se elabora en esa comunidad es el mejor exponente de este tipo de vinos en España.
Vamos con lo puesto, es decir, sabiendo lo que se puede leer en un manual de catas o en algún libro más especializado. Para los que quieran una mínima información, ahí van unas palabras (seguimos a José Hidalgo Togores, en Análisis sensorial y cata de los vinos de España). El cava es un tipo de vino espumoso elaborado según el método champanoise o método tradicional (vamos, como el champán). Nace a partir de un vino normal, vino tranquilo (pensemos en un blanco), ya hecho, al que se le añaden azúcar y ciertas levaduras. De esta forma se va a producir una segunda fermentación en la botella que provoca la generación de anhídrido carbónico, alcanzándose una determinada presión. Luego, en una segunda etapa, las levaduras se van depositando en el fondo de la botella; se produce entonces una crianza sobre levaduras muertas, sobre lías, que dan al espumoso algunas de sus características (aromas, tacto graso).
Esto ocurre con las botellas agrupadas en posición horizontal, en rima. Después, hay que retirar esos sedimentos, para lo que se utilizan los pupitres, que son "tablas agujereadas" puestas en diagonal una contra otra, donde se sitúan las botellas, que se van girando hasta alcanzar la verticalidad. Es entonces cuando se retiran los sedimentos, congelando el cuello de la botella. A esta operación se le llama degüelle (es un síntoma de honestidad por parte de la bodega que en las contraetiquetas pongan la fecha del degüelle). La merma que se produce al retirarlos se contrarresta con la adición de más vino de la misma partida, o con un licor de expedición, que se corresponde con fórmulas secretas de cada bodega.
La cantidad de azúcar añadida al licor de expedición determina la calificación del cava :
Lías de las botellas en rima |
La cantidad de azúcar añadida al licor de expedición determina la calificación del cava :
- Brut nature: hasta 3 gramos de azúcar por litro (sin licor de expedición).
- Extra brut: hasta 6 gramos por litro.
- Brut: hasta 15 gramos.
- Extra seco: entre 12 y 20.
- Seco: entre 17 y 35.
- Semiseco: entre 33 y 50.
- Dulce: más de 50.
Hasta aquí la teoría, aunque estamos seguros de que hay un montón de variantes y matices al modelo que esperamos descubrir en este viaje.
Bernat, un gran tipo |
Fue saludarle y ya empezó a
transmitirnos información que no conocíamos. Como por ejemplo, que
la D.O Cava permite a las bodegas adquirir hasta un 25% de botellas
antes del degüelle, que ya han hecho la crianza en otra bodega -es
lo que se conoce como “botellas en punta”-, sin necesidad de indicar en
su etiqueta la procedencia de esas botellas.
El río, a los pies de la bodega |
Su bodega posee 90 has. La familia está vinculada a
la agricultura y al vino desde hace siglos, como ocurre en
prácticamente todas las familias de la zona. En torno a Reus se
desarrolló un importante comercio de destilación de aguardientes,
destinado sobre todo a cubrir las necesidades de esta bebida de la
entonces todopoderosa marina británica. Pero a finales del siglo XIX
llegó a haber unas 15.000 hectáreas de viña -en la actualidad hay 6.000-
cuando, con la epidemia de filoxera asolando los viñedos franceses,
casi todas las familias se hicieron pequeñas propietarias para
abastecer a las bodegas francesas.
Es por entonces cuando se crea en Barberá la primera cooperativa vinícola de España. En los 25 años siguientes se crearon otras tantas cooperativas en cada uno de los 25 municipios de la comarca. Esta tradición cooperativista llegó hasta los años 1980, en que unos cuantos, entre ellos Carles Andreu, el padre de Bernat, decidieron poner en marcha sus pequeñas bodegas privadas, apostando por la calidad y no por la producción.
Es por entonces cuando se crea en Barberá la primera cooperativa vinícola de España. En los 25 años siguientes se crearon otras tantas cooperativas en cada uno de los 25 municipios de la comarca. Esta tradición cooperativista llegó hasta los años 1980, en que unos cuantos, entre ellos Carles Andreu, el padre de Bernat, decidieron poner en marcha sus pequeñas bodegas privadas, apostando por la calidad y no por la producción.
Carles estudió
viticultura en Montpellier; Bernat era entonces un niño,
pero ya empezó a estar en contacto con el mundo del vino. Aunque él
no ha estudiado enología, sino que se ha formado como sumiller, decidió dedicarse
al vino tras un viaje a Alemania, donde comenzó a trabajar en varias
bodegas.
Las principales variedades que cultivan son la trepat, parellada, macabeo y chardonnay. Actualmente está
haciendo algunas pruebas con xarel.lo y garnacha.
La prensa |
Cuando probamos el trepat, nos comentó que se trata de una uva muy resistente y con rendimientos muy regulares año tras año, lo que se convierte en un seguro de vida para el productor.
Probamos también una muestra de parellada hecha con maceración carbónica, algo poco habitual. Nos comentó que, para evitar los amargores, es necesario hacer un frecuente trabajo de removido de lías. Nos dijo que practican una agricultura integrada, que consiste en que sólo se recurre a la química en años de grandes complicaciones para las cosechas.
A
continuación pasamos al parque de barricas. Usan las que tienen el
segundo poro más fino. La mejor barrica no es la más cara, sino la
que mejor le va a cada vino. Allí hablamos de la influencia que
ejercen las guías y los críticos de vinos sobre los productores; algunos sucumben a la presión y pierden el horizonte.
Después hablamos de los cavas. Nos explicó que la DO pide un mínimo de crianza
de 9 meses en rima para las botellas, pero que ellos a su cava más
joven le dan el doble de tiempo de permanencia en la rima. También
hizo referencia a la importancia del vino de tiraje, que es la
mezcla del vino base, azúcar de remolacha y levaduras.
Botellas en rima |
Le preguntamos cómo se mide la presión que esta fermentación produce y nos explicó que lo que se hace es que se pincha un manómetro en la chapa que cierra una botella que se escoge como muestra.
Máquina para congelar el cuello de las botellas |
Nos dio
tiempo a tratar temas como lo que parece ser una moda en ciernes, la
de poner la indicación de añada en los cavas, siguiendo el modelo de
los millesimés franceses.
En esta máquina se descorcha y se añade vino |
El vino que se añade tras el degüelle |
Bernat nos llevó a las
Cavas Portell, para ver la cara más común de la Conca, la de las
cooperativas. Allí pudimos ver algo muy típico en Cataluña: el modernismo en su versión industrial.
De vuelta a Pira, donde está
su celler, probamos algunos de sus vinos. Empezamos por los tres
brut nature.
Nos gustó mucho que mostraron calidad en boca, con burbuja finísima y excelente equilibrio, especialmente el reserva, el más clásico. Como los pudimos comprar después, ya los cataremos con tranquilidad en casa, lo merecen.
También probamos sus brut trepat rosados, en la línea de calidad anterior y con el puntito goloso de la variedad. El fermentado en barrica tenía menos presencia de la madera porque al fermentar en barrica y con la adición de azúcar, la madera se percibe mejor.
Nos gustó mucho que mostraron calidad en boca, con burbuja finísima y excelente equilibrio, especialmente el reserva, el más clásico. Como los pudimos comprar después, ya los cataremos con tranquilidad en casa, lo merecen.
También probamos sus brut trepat rosados, en la línea de calidad anterior y con el puntito goloso de la variedad. El fermentado en barrica tenía menos presencia de la madera porque al fermentar en barrica y con la adición de azúcar, la madera se percibe mejor.
Finalizamos con los vinos
tranquilos, el sorprendente monovarietal de parellada, que nos dio
notas tropicales, de hidrocarburo y gomosas, y una boca
interesante, seca y untuosa. También probamos su trepat
2011, un jovencito recién embotellado al que le queda tiempo por evolucionar en
botella.
Nos contó Bernat que esta añada, y la 2012, por las peculiaridades del año climático, han salido con más cuerpo de vino tinto y con menos carácter varietal, de hecho no recordábamos así este vino, que, por otro lado, mostró una estructura sólida.
Nos contó Bernat que esta añada, y la 2012, por las peculiaridades del año climático, han salido con más cuerpo de vino tinto y con menos carácter varietal, de hecho no recordábamos así este vino, que, por otro lado, mostró una estructura sólida.
Finalizamos la visita a la
Conca de Barberá acercándonos a la bodega Mas Foraster, ya que Bernat quería que probásemos otra muestra de trepat. Y lo
hicimos con Julia, que nos ofreció un blanco de garnacha blanca,
macabeo y un poquito de chardonnay, y un paso de 5 meses por barrica
(solo la mitad del vino). Un vino corpulento, blanco mediterráneo, con
grasa, voluminoso en boca. Concluimos con su trepat 2011, estupendo,
con el que volvimos a encontrar los recuerdos frescos de hoja seca,
florales.
No tenemos palabras para agradecer la generosidad y la atención de Bernat. Estamos en deuda con él.
¡Salud!
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