Xuntanza viene de xuntar, de juntar, unir, agrupar. Es un concepto muy positivo que, aplicado al vino, viene de la mano de Rodrigo Méndez, otra vez en nuestro blog.
Se trata de un vino que se elaboró una sola vez, para la vinoteca La Tintorería, sin DO, simplemente un vino de Meaño (Pontevedra). Son poco más de 1000 botellas que nacen a partir de uvas albariño de cepas viejas.
Tiene un precioso color oro, que se debe a la fermentación del mosto con los hollejos durante un tiempo prolongado.
En nariz nos resulta fragante y complejo, así, por este orden. Fragante por intenso, y complejo porque se trata de un vino para ir descubriendo con lentitud. Hay flores, miel, fruta dulce (tirando a melocotón), notas especiadas (avainilladas) y tostadas de la madera ( de la crianza en fudre); y hay poderío mineral, mucho ( recuerdos terrosos, a hidrocarburos...).
¿Y en boca ? pues más de lo mismo, complejidad. La acidez es maravillosa; está desde el principio hasta mucho rato después de haberlo tomado. Además se combina a la perfección con la grasa, con el punto glicérico del vino, con notas salinas en el centro de la lengua, y de finísimo amargor, al final. Por eso lo de complejo. No obstante, si dejamos a un lado lo descriptivo, estamos ante un vino estupendo, muy placentero.
Y muy francés. Nos hemos ido inconscientemente al Loira. Y es que le ha salido a Rodri un vino muy fino, mucho más que un albariño al uso. Un vino, por ejemplo, para homenajear a un buen amigo.
Nos costó 16,50 € en La Tintorería.
¡Salud!
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