Tras las buenas sensaciones que nos dejó Rufia, seguimos probando los vinos elaborados por la bodega Quinta da Boavista. Vamos hoy con un tinto que se presenta con unos aromas limpios y nítidos, de intensidad media y muy agradables. La fruta roja en sazón, combinada con matices florales delicados y alguna nota especiada, domina el conjunto.
En boca resulta un vino ligero, suave, de paso fácil (pero en absoluto anodino), muy agradable. Ideal para diversas situaciones: vino de entrada que se puede tomar sin acompañamiento sólido, un maridaje con ensaladas o pescado blanco, un tinto que se puede tomar incluso en el tórrido verano peninsular... Vino sencillo que no defrauda.
¡Salud!
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